Como fueron los primeros días de cole
La diabetes tipo infantil tipo 1 de Martina estaba estable y bien controlada. Sabía que no era necesario ir pero yo iba encantada, en muy pocas ocasiones tuvo hipoglucemias y sólo una vez nos llevamos un susto, a Martina le dio una hipoglucemia en una actividad en la que no estaba con su tutora y no supieron apreciarla, cuando entramos en la clase a las doce y media se encontraba bastante mal y en unos minutos ni siquiera reaccionaba, estaba con cuarenta y uno, ya había estado más baja pero ahora se encontraba peor, la zarandeaba y no respondía y tenía la mirada perdida, en esos casos le das de todo aunque después tenga una gran hiperglucemia por miedo a que se desvanezca. Rápidamente le dimos un yogur con azúcar (a partir de ese día cambiamos el yogur de beber por un batido que todavía tiene más hidratos), lo bebible siempre primero que se absorbe más rápido, después galletas y subí con ella al comedor para darle pan. No me fui del cole hasta que sonrió, síntoma de que estaba recuperada.
Todo iba fenomenal, entraba en clase, ella apenas interrumpía lo que estaba haciendo y a la vez sus compañeros se iban enterando de que Martina tenía diabetes tipo 1.
Hasta que empezó a mediados de octubre con mocos y tos, unos días en casa, volvió pero recayó, hasta que un día se encontró tan mal, que me pedía a gritos que la llevara al médico del hospital, hay que ver que listos son los niños, se retorcía de dolor de barriga y tenía mucha fiebre. Esa misma mañana había estado en su pediatra y parecía que todo era vírico pero yo ya pensaba que tenía apendicitis.
Apendicitis no era pero si una neumonía que la tuvo de nuevo ingresada unos diez días.
Esto nos cambió dos cosas, la primera es que no volvió a tener unos niveles estables más de dos días seguidos y la segunda que le cambió el apetito, de ser una mala comedora pasó a ser una comedora formidable.
En próximas entradas hablaré de cómo fue la neumonía.
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