Esta carta está escrita por la profe Galia para la que no tenemos palabras suficientes de agradecimiento por ser para nuestra hija una profe, una enfermera, una doctora y una madre a lo largo de su primer curso en el colegio.
Y a todos aquellos profesores que todavía no han reunido el valor suficiente para decir "si, yo cuidaré con vuestra ayuda de vuestro hijo durante las horas de cole " les pido que lean una y otra vez esta carta, que sí que pueden, que sí que son capaces de atender a su alumno con diabetes, que no permitan que su alumno tenga que cambiar de centro porque en el suyo no lo quieran cuidar, que no permitan que se quede sin excursiones o sin actividades. Que le echen valor y ganas, que se pongan en el lugar de los padres porque algún día pueden tener diabetes ellos mismos o sus hijos y también en el lugar de los niños porque son los que más sufren la enfermedad y todas sus consecuencias.
MARTINA LLEGA A MI CLASE.
El curso empezó como siempre, a mediados de agosto. Aprovechamos ese tiempo para poner las aulas a punto.
Este año era especial, iba a coger por primera vez a los alumnos de 3 años, por una parte estaba nerviosa y por otra ilusionada, muy ilusionada.

Leyendo mi lista con mis compañeras dije el nombre y apellidos de Martina, ellas me dijeron q era la hermana de Claudia y de Pablo y que era diabética.
En ese momento se me vino el mundo encima.