
Es difícil encontrar oftalmólogos que conozcan en profundidad la diabetes (en realidad más allá del propio especialista en diabetes - endocrino, es difícil encontrar un médico que tenga conocimientos de diabetes. Hasta el propio pediatra del centro de salud suele reconocer que su formación en diabetes es muy básica), así que es de agradecer que haya profesionales en el campo de la visión que se preocupen especialmente de la vista de las personas con diabetes.

Por desgracia la retinopatía diabética suele ser asintomática en las primeras fases, aunque en estadios avanzados puede tener efectos devastadores para la visión en caso de no ser detectada y tratada a tiempo (en algunos casos puede presentar síntomas de visión borrosa y pérdida gradual de agudeza visual, manchas o "moscas volantes", sombras o áreas de visión perdidas o dificultades en la visión nocturna).
El IMO estima que más de la mitad de los pacientes con 15 o más años de evolución de la enfermedad presentan algún grado de alteración vascular de la retina y casi todos los que llevan más de 30 años con la enfermedad, muestran signos de retinopatía diabética. Para retrasar su aparición o mejorar el pronóstico, es fundamental la implicación de los pacientes. Los especialistas recomiendan realizar un control metabólico estricto de los factores de riesgo (glucemia, presión arterial y lípidos plasmáticos), adoptar hábitos de vida saludable y evitar la obesidad, el sedentarismo y el tabaquismo, someterse a una prueba de fondo de ojo una vez al año e intensificar las revisiones oculares en caso de detectarse algún problema, según las indicaciones del especialista.
Por suerte el control glucémico, la investigación, la tecnología mejora día a día, trabajando para aportar una mayor calidad de vida a nuestros hijos, solo es necesario que nosotros aportemos nuestra parte.
Ánimo a todos los padres!!!