Las vacaciones de verano son propicias para realizar viajes en familia, tener un hijo con diabetes no impide que realicemos ningún viaje que tuviéramos pensado o que apetezca hacer. Simplemente hay que prepararse para las necesidades especiales que impone la diabetes tipo 1 de nuestro hijo.
Si se trata de un viaje en avión tenemos que recordar llevar un informe médico para el control de seguridad, aunque habitualmente no lo piden. No debemos meter las insulinas en el equipaje facturado, en la bodega del avión se congelarían. Durante el viaje deben de permitirnos realizar las glucemias, administrar las insulinas o darle los hidratos de carbono que sean necesarios.
Si se va a producir un cambio horario debemos de tenerlo en cuenta para graduar poco a poco el nuevo horario, incluso un par de días antes, sobre todo si se trata de viajes a lugares con una diferencia horaria considerable.
Si el viaje es en coche debemos de tratar de adaptar las paradas a los momentos de control de la diabetes infantil de nuestro hijo, ya sea para tomar sus comidas o para administrar insulina.
En cualquier caso tener prevista la necesidad que en el destino podamos tener de acudir a la farmacia, al supermercado y saber donde se encuentra el hospital más cercano para casos de emergencia.
Si se va a viajar fuera del país de origen tener previsto un seguro médico de asistencia en destino.
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