Son campamentos especializados donde todos los niños comparten los controles que su enfermedad les impone.
Nuestra hija Martina, de tan solo cuatro añostodavía no tiene edad para acudir a ellos pero los papás de Carlos, un niño de La Coruña de 11 años me han contado su experiencia en el campamento educativo para niños y jovenes con diabetes celebrado en el albergue "El Furacu" en La Isla, Colunga del Principado de Asturias durante la última quincena del mes de Agosto.
A diferencia de otros campamentos a los que Carlos había acudido, éste se trataba de un campamento educativo. Una de las cosas que más resaltaron sus padres es que había aprendido a pincharse la insulina pero además de eso muchas otras cosas les habían parecido fantásticas, los monitores, la
atención médica, los menus, las actividades, las instalaciones, el entorno... estaban encantados con el campamento al que habían mandado a su hijo y por supuesto Carlos también lo estaba. Comentaban que a pesar de todos los controles venía con unos niveles un poco alterados pero lo achacaban al cambio de ritmo, a la excitación y al ejercicio.
Por fin habían conseguido llevar a su hijo a un campamento especial para niños con diabetes del que regresaban muy contentos, habían compensado todos los quilómetros realizados y el esfuerzo económico.
Tan contentos estaban que a nosotros nos pareció importante compartirlo con todos vosotros para que el próximo verano lo contempléis como uno de los lugares a los que enviar a vuestros hijos.
También os invito a comentar vuestras experiencias con los campamentos, las buenas y las malas para que todos los papás puedan con más información elegir el que mejor se adapte a sus necesidades.
Gracias papás de Carlos por compartir con nosotros vuestra experiencia.
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