Algunas personas me escriben correos pidiéndome información acerca del
adiestramiento de Nala, el cachorro de labrador de Martina que está iniciando
su adiestramiento para la detección de hipoglucemias y que en un futuro nos
ayudará a cuidar de ella, es por ello que he decidido compartir mi respuesta
con todos vosotros.
La labor del perro adiestrado para la asistencia de personas con diabetes
es muy interesante. Aunque en otros países está bastante regularizado y
estandarizado este tipo de perros de alerta médica, en España y está dando sus
primeros pasos. Hay que andar con pies de plomo porque puede resultar una beta
de negocio para algunos adiestradores que capten la ilusión de algunos padres
de niños con diabetes que vean al perro de asistencia como una vía más para
contribuir a alcanzar la estabilidad en los niveles glucémicos, evitando las
situaciones de riesgo que surgen especialmente durante los episodios de
hipoglucemia; por ello recomendamos contrastar la experiencia del adiestrador,
la voluntad y el compromiso de alcanzar un adiestramiento completo del perro,
valorar el coste económico y comparar, si es posible, con la oferta de otros
centros de adiestramiento. Personalmente no recomiendo iniciar este camino si
no tenemos una amplia confianza hacia el adiestrador y su método de adiestramiento,
con la suficiente paciencia para aceptar que todo el proceso se alargará muchos
meses y con una disposición total de colaboración por parte de la familia para
la recogida de muestras y las necesidades que vayan surgiendo a lo largo del
tiempo y sobre todo contar con el respaldo y apoyo del médico que lleva la
diabetes del niño. Por otra parte hay que tener en cuenta la legislación
vigente acerca de los perros de asistencia que varía de unas comunidades a
otras. No todas las comunidades tienen una ley específica, en otras la ley
tiene lagunas que deja un poco en el aire el papel del perro de alerta médica
para detección de hipo e hiperglucemias, aunque en principio parece factible
obtener los certificados oficiales necesarios (una vez más tenemos que tener en
cuenta que se está iniciando este campo de adiestramiento).
Nosotros, después de informarnos y formarnos todo lo que hemos podido
acerca de este tipo de adiestramiento, y sobre todo una vez aceptado que se iba
a tratar de un proceso muy largo, decidimos partir desde cero adquiriendo un
cachorro para que Martina se fuera acostumbrando a convivir con un perro y a
disfrutar de él desde pequeñito; a partir de ahí se inició una educación básica
antes de comenzar con el adiestramiento específico que se está llevando a cabo
en estos momentos. Nala tiene ahora ocho meses y en principio no esperamos que
esté completamente adiestrada hasta el verano...paciencia, paciencia y más
paciencia.
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