Cargado de novedades llega
septiembre a la vida de los niños, se entremezclan los nervios de empezar un
nuevo curso con la pena de tener que dar por finalizadas unas larguísimas
vacaciones de verano. Surge una montaña de cosas que organizar; nosotros, los
papás de niños con diabetes, tenemos que añadir la preparación específica de
las necesidades que precisan nuestros hijos: programaciones de las pautas para
ajustarlas a las nuevas rutinas, siempre bajo la dirección del médico;
reuniones con los profes, sobre todo si son nuevos...
Todas estas cosas giran en torno
a la enfermedad y las necesidades de su tratamiento pero es muy importante que
no nos olvidemos de nuestros niños, de los pequeños campeones que se llevan su
diabetes al cole, a la clase, al patio, a hacer deporte, al parque, a los
cumpleaños... ¿Qué necesidades anímicas pueden tener ellos en relación con
su enfermedad?
¿Después de pasar el verano con
la familia que siempre está muy pendiente de controlar sus niveles de glucosa, puede
nuestro hijo sentirse inseguro por sufrir una hipoglucemia en el cole? ¿puede
tener miedo a que los adultos que van a estar con él (profes, cuidadores,
entrenadores...) no sepan o no quieran cuidar su diabetes?
¿Qué sentimientos tendrán con
respecto a lo que puedan pensar sus compañeros? Algunos niños diabéticos son
portadores de una bomba de insulina que se conecta al cuerpo a través de un
cateter, también pueden llevar un sensor de medición continua de glucosa. ¿Les
puede imponer dudas o miedos "el qué dirán sus compañeros"? Sabemos
que los niños son "crueles" por naturaleza, y..."porque sí o
porque ahora me enfado contigo" pueden utilizar cualquier cosa que se les
ocurra para hacer daño en un momento dado. Es típico el comentario
"gafotas o gordinflón", cualquier enfermedad puede ser utilizada como
mofa y convertirla en cantinela "Pedrito tiene diabetes, Pedrito tiene
diabetes" como si de un bicho raro se tratara.
¿Pueden surgir problemas de rendimiento escolar por tener diabetes?
Pues sí, y para ello no hay que esperar a estar en cursos superiores...a pesar
de que la diabetes no supone ningún impedimento para obtener los resultados más
brillantes, hemos de tener en cuenta que va a depender de la estabilidad
glucémica del niño. Prestemos especial atención en los casos de aquellos que
sufren frecuentes hipoglucemias (las hiper les afectan menos al momento, pero
también). Cuando tienen una hipo pierden concentración, pueden tener que dejar
la tarea por un rato...pero si además ha sido una bajada fuerte, el cuerpo sufre
un agotamiento que será reflejado en las horas posteriores. Si nuestro hijo ha
sufrido una hipo nocturna al día siguiente se levantará más perezoso y tendrá
menos ganas de hacer las cosas. En algunos casos les puede afectar el ir más
retrasados que sus compañeros.
Papás, médicos,
profesores...prestemos especial atención a la salud mental de nuestros niños
con diabetes. No demos por hecho que ellos pueden con todo, no pensemos que
tienen que aprender cómo son las cosas cuanto antes y listo...que nuestros
hijos sean unos grandes campeones y acepten con resignación pincharse, llevar
una bomba, no tomar chuches, sufrir mareos con las hipoglucemias y tener que
dejar de jugar o trabajar... no quiere decir que no sufran o no les duela cada
pinchazo, cada renuncia, cada malestar...¿Dónde ha quedado nuestra empatía o,
es que nos volcamos tanto en conseguir el mejor control glucémico que restamos
importancia a la personita que padece la enfermedad?
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